PUERTA AL CENTRO HISTÓRICO

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El Distrito biocultural y creativo de Tunja se plantea desde dos miradas de la ciudad. En primera medida se establece como un hito, legible desde la avenida oriental que actúa como puerta del centro de Tunja. La segunda hace eco de la tradición de la arquitectura colonial que guarda su riqueza en sus jardines interiores. Estos se convierten en el corazón de la arquitectura y en lugar de encuentro. Hacia el exterior, en cambio, la vida se revela a través de pequeñas ventanas o balcones, guardando una cierta intimidad. 

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Entre la calle y el jardín: Sobre la cara relacionada con el centro se plantea una ALAMEDA, que por sus proporciones propicia lugares de encuentro y de extensión del edificio hacia el espacio público. El segundo, es un JARDÍN PÚBLICO en el que se extienden las actividades del edificio en medio de vegetación nativa a la manera de un pequeño jardín botánico donde se descubren los espacios del vivero y el patio de buenas prácticas de construcción. Los dos espacios se encuentran en la esquina sur donde se extiende el espacio público para integrar la antigua estación del tren.

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EL EDIFICIO ARTICULADOR

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El edificio activa el espacio público a través de la disposición de usos de carácter colectivo y con mayor afluencia contra el suelo, como la feria biocultural, el restaurante, y los locales. La topografía excavada de lote se aprovecha para contener el programa del equipamiento conservando la escala del centro histórico. El basamento da continuidad a los espacios del jardín público.

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Los espacios de bioemprendimiento cultural actúan como articuladores verticales del programa, especialmente la feria de exposición y el centro de documentación. La escuela de artes y oficios se divide en dos grandes zonas. En el basamento y con relación a las zonas de eventos al aire libre, se ubican los estudios, el auditorio y los espacios de tecnología. En el tercer nivel, con mayor luminosidad se ubican los talleres de forma flexible, relacionados con patios y terrazas.